Sunday 14 August 2022

FAREWELL

 me encuentro a punto de hacer un funeral a un pequeño pajarito. le sostengo entre mis manos con cuidado. no tiene ojos, se los habrá comido algún gusano, debe llevar muerto más de un día, pienso. me sorprende lo blandito que es, que está. hay que sostenerle la cabeza para que no se le venza hacia atrás. estoy con un niño de diez años. él lleva un ratón, también muerto. su ratón sí que está tieso y el niño lo sostiene de la cola con una servilleta porque le da asco. follow me, me dice. estamos en inglaterra en una granja de trigo en mitad de la nada. 


como había sido mi propuesta, al llegar al sitio adecuado tomo las riendas de la ceremonia y mando al crío arrodillarse. hacemos dos huequitos en el terreno con las manos y con ayuda de unos palos y decimos entre los dos unas bonitas palabras sobre la vida del pájaro y del ratón y les deseamos lo mejor en su nuevo viaje. yo no creo en la reencarnación pero me cae bien la gente que sí así que decido no decir nada desalentador. ahora necesitamos un par de flores, le digo al crío. nos separamos para buscar las flores más coloridas. me hace cierta ilusión que el crío esté tomándoselo igual de en serio que yo. me gusta llevarme bien con él. "los mayores" han ido a vender madera al pueblo y nos dejaron solos en la granja. me pregunto cuándo uno deja de acordarse de cómo era ser niño y me respondo que, posiblemente, al convertirte en padre. o quizás al hacerte viejo. pero tiene que ser más viejo aún de lo que yo ya soy, porque yo todavía recuerdo a la perfección un montón de sensaciones, deseos, rabietas, sueños, historias y sentimientos. recuerdo conocer amigos de mis padres y lo que me hacían sentir y pensar. recuerdo pelear con mi hermano hasta llorar de la rabia. recuerdo la sensación tan fuerte de vergüenza al hacerme pis encima aquel día en clase de ballet a los 5 años. recuerdo lo feliz que me hacía que viniera mi madre a buscarme al cole. tiraba la mochila al suelo y me ponía a correr hacia ella y gritaba ¡¡mami!!! y me subía de un salto a horcajadas para abrazarla. para mí era muy emocionante.


el otro día hice las cuentas, falta justo un mes para que haya pasado un año y medio desde que me dejaste. el famoso año y medio. el famoso año y medio que resulta que funciona. quizás hubiera podido ser más rápido si no nos hubiéramos visto tanto, si no fuéramos vecinos, si no hubiéramos seguido hablando de cuando en cuando, quedando de cuando en cuando y bueno todo lo demás. creo yo no podía avanzar más deprisa que esto, si lo hacía más deprisa tropezaba más fuerte. pero hace ya un par de meses largos que cuando pienso en ti por fin veo lo que eres, sin más, sin extras. pero muy a fondo. me gusta. me siento lista. como si cazara el truco al mago de la fiesta. sonreiré de lejos pero para mí ya no es magia. y al mismo tiempo y aunque parezca contradictorio, fue esa misma noche que volví a uno de los pensamientos más tempranos que tuve, solo que ésta vez no me revelé contra ello. esa noche acepté que hay un trocito en mí que siempre será tuyo. que creo que nunca dejaré de estar un poco -sólo un poquito lo prometo- enamorada de ti. y no me importa porque tengo el corazón muy grande, no me vas a entorpecer. mi hermano se casó hace bien poco. días previos a la boda estuvimos charlando en mi terraza. ¿sabéis las latas que se ponen a los coches de recién casados? unas latas vacías que hacen mucho ruido al arrancar. creo que esas latas son las relaciones que has tenido anteriormente. tus amores y desamores, tus amantes. y, como es normal, al principio suenan super alto, un escándalo, molestan muchísimo y no te dejan pensar. pero poco a poco según avanzas... llega un momento que dejas de escucharlas. ya no las oyes. las latas siguen ahí. las latas no desaparecen. pero ya no molestan a los recién casados, sencillamente los acompañarán ahí durante el viaje. ¿entiendes lo que quiero decir?


así que aquí estoy. presidiendo el funeral de un pajarillo. dándole la despedida que se merece. han pasado muchísimas más cosas entre medias que no me ha dado tiempo a contar. a veces la vida me atropella y solo me da tiempo a vivirla y nada más. bastante es. creo que esta tarde nos vamos de viaje de setas. hasta la próxima.