Sunday 9 January 2022

2019 fue un año muy feliz

 decide enviarme un audio contándome todo, el muy idiota. estoy sentada frente al ordenador, sola en la casa, mirando el punto azul sobre la línea del audio avanzar. pestañeo, despacio. me entran ganas de vomitar. me callo y me voy. llego tarde.

en el camino imagino cientos de conversaciones en mi cabeza, cientos de opciones. desde que tomo la medicación no me es tan fácil terminar pensamientos. voy pisándome a mí misma con ideas sin concluir. en el camino me sale fuego de los puños y querría darme la vuelta e ir a su casa a pegarle.

son las ocho de la mañana. no me vuelvas a contar una mierda de historia como esa cuando te he dicho que no me apetece. deja de hacer el imbécil. estoy completamente ciega y ni distingo lo que está contestando. me pongo a chillar. 


veintidós horas y media después estoy más calmada. me siguen tiritando los dientes de la rabia pero eso es todo. me comunico aséptica. reconozco que me sobrepasé. es hora de que llegue el final, es perfecto. como chupete que le pones a un bebé, en el minuto tres me apaciguo, dejo de echar humo, me quedo en brasas. me entiende. dice que me entiende. esto es nuevo. en el minuto veintinueve me sale un sonrisa. 

ahora es noche de reyes. estamos todos morreándonos con todos en un garito. estamos genial. además yo había ganado el partido. me gusta salir después de ganar. estoy radiante. encienden las luces y nos echan. ahí está, a la salida. reconozco el abrigo de espaldas porque ese abrigo lo elegí yo. se inicia una excursión a por hamburguesas.

comemos aquí mismo, ¿no? qué va, hace frío, vente a casa.

baja la basura al irte, gracias.

me pregunta si nos volveremos a acostar. le digo que no. le digo que no volveremos a hablar, gracias.