Thursday 22 October 2020

un año y medio después

 me voy de esta casa para siempre. si esto fuera una ciudad donde he pasado las vacaciones, o el piso de mi madre, o un parque o un hotel, decir para siempre sería una exageración. pero no lo es porque es una vivienda y entrarán personas diferentes tras mi marcha. e incluso quizás la reformarán y jamás existirá como yo la conocí.  

me gustan los objetos que me acompañan allá donde viva. me gustan mis guitarras baratas y las decenas de flores de mentira llenas de polvo. me gustan las fotos y todos mis cuadernos en la misma estantería. me gustan todos los elementos de papelería como lápices y tijeras y celo magic tape. me gusta el poster de forrest gump enmarcado que me regaló ana un cumpleaños. me gustan los platos emparejados y la vieja tetera de color rosa para el café soluble. también tengo una tostadora y 4 botellas gigantes de fairy que compré de oferta que me tendré que llevar a la nueva casa.

ya no voy a vivir sola, mi amiga maru será mi compañera de piso. cuando cuento esto solo he recibido dos tipos de reacciones: o bien a la gente le encanta y le parece un combo infalible y genial, o bien se sorprenden que pase de vivir sola a compartir. me dicen que suele ser al revés. yo creo que dadas las circunstancias no existe un verdadero orden de eventos vitales, y que si lo hubiera estoy segura de que me lo he saltado más de una vez. nunca he vivido con una amiga en madrid, creo que va a ser muy emocionante e incluso que me va a hacer bien. a veces la soledad me asalvaja. 

la nueva casa no es de color azul ni tiene las ventanas en forma de arco. pero tiene cocina, y tiene una terraza de invierno en la que, no sé por qué, me imagino que jugaremos mucho a las cartas y fumaremos pitis después de cenar. la nevera tiene tamaño normal de nevera y la calefacción es central en un edificio de personas, que no apagarán los fines de semana ni nada.

voy a echar de menos vivir aquí. mucho. echaré de menos las virtudes y los defectos. echaré de menos ver el sol ponerse y echaré de menos pinchar los agujeritos de la alcachofa de la ducha con un pendiente para que salga bien el agua. echaré de menos entrar por la puerta y sentir que "todo esto es mío". puede que hasta eche de menos la canción que toca a diario el violinista que odio. o eso que me ocurre a veces de que no he llegado a hablar en alto con nadie en todo el día. pero me apetece muchísimo ser compañera de piso y quiero ser una compañera genial. me apetece como esforzarme, hacer comida de más pensando en mi amiga. traer un nuevo mueble increíble que he encontrado en la calle. recomendarle un libro y que le encante. el equilibrio entre encantadora y misteriosa-con-sus-cosas cuando vengan amigos suyos a casa que siempre me dan los compañeros de piso en las casas de amigos en los que he estado. 

no diría que los cambios sean algo que me asusta. hay cosas que me asustan mucho más. pero los cambios son buenos porque los cambios me removerán por dentro y eso siempre me ha parecido divertido.