Monday 19 December 2011

#01 qué horas son, mi corazón?


me gusta la canela, me gustas tú

Empiezo a pensar que desarollamos algún tipo de superpoder estúpido cuando estamos juntos. Y digo concienzudamente estúpido ya que no tiene una utilidad demasiado altruísta. Por no decir, que sólo lo podemos (¿podemos?, ¿queremos? este verbo queda pendiente de revisión) utilizar entre nosotros. Llega un momento que da igual lo intensamente que yo sienta cualquier emoción, puedo incluso estar enfadada, (o incluso enfadada contigo), que te basta acercarte y mantener contacto visual conmigo durante unos aproximadamente 7 segundos y se esfuma el malestar; me arde la piel, se me dilatan las pupilas y empiezo a respirar por la boca. Y si me ganas esa primera batalla de miradas (que no la guerra) y te quito los ojos, empiezo a mirar hacia abajo -como si me quisiera acariciar los hombros con la nariz- mientras sonrío,...claro, esa sonrisa tan amplia tan amplia que marca justo el límite con la risa; esa. No sé por qué tienes ese poder. Lo cierto es que cuando te aventuras a acercarte a mí a menos de un palmo a pesar del fuego que se ve salir de mi piel, hay un momento en el que mentalmente me declaro tu esclava. A veces lo pienso tan fuerte que creo que podrías llegar a oírlo.
Pero me parece divertido porque ambos le echamos mucho morro. Y aún así, que de entre todas las despampanantes tías te quedes conmigo es... desconcertantemente placentero, la verdad. Que te quedes conmigo y me desees, y que además me desees (contra toda expectativa) de un modo tan explícito...
Desde luego hay noches mejores que otras,
la de ayer merece estar en algún TOP, me da igual cuál.

Ahora cuidado que se va acercando amenazante la fecha y ¿qué voy a hacer?
Je ne sais pas.